-Un día deberías escribir una historia, pero una historia de verdad.
-Ah, de verdad…
-Sí, una donde pasen cosas, donde haya personajes que se pierden y se levantan en otra ciudad. Que mienten, se toman un pisco los viernes por la noche y abandonan a su tortuga en una palangana que flota por un río…
-¿Cómo Moisés?
-Sí, bíblico. Pero bíblico festivo. Sin mariconadas de milagros ni nada de eso.
-¿Y si me roban la idea?. Hay mucho ladrón ahí fuera que se apropia de lo tuyo.
-Tú estarías apropiándote de un libro sagrado. No lo olvides. Y eso penaliza doble. Aquí y en la vida eterna.
-Mi eternidad llega hasta que me engulle el embozo de mi cama. Cuando le acuesto siempre me despido de mí misma, por si mañana he muerto.
-Sabia decisión. Yo me bebo un vaso de agua con un orfidal, que viene a ser lo mismo.
-El sueño inducido no es muerte natural, es conato de suicidio.
-Un pecado químico, lo entiendo. Pero es excitante pecar con una probeta de laboratorio.
-Humm…suena prometedor. Escribe al Vaticano.
-Mi personaje principal se acuesta con una fórmula secreta cada noche doblada muchas veces. Y se la mete debajo de la lengua, como esas pastillas contra el infarto.
-A menudo pienso que me está dando un ataque al corazón. Me duele el brazo izquierdo, pero ya no lo digo porque siempre hay un experto en nada que asegura: “Son gases”. No hay nada menos glamouroso que los gases. 
-Estoy seguro de que más de uno ha muerto convencido de que lo mató la flatulencia y en realidad era un ictus. Yo, puestos a morir, prefiero que sea de un diagnóstico cool, un intelectodiagnóstico, y no una observación popular de mierda.
-Mi personaje va a tener dolor de brazo izquierdo permanente, ya lo he decidido.
-¿Del izquierdo o del  derecho? Piénsalo despacio, no te precipites.
-No sé. Quizás plantee un dolor alternativo, despistante y simétrico. Que le obligue a caminar por una acera o por otra, comer o no comer si no se apaña con la izquierda, negarse a sacar a la chica a bailar en la verbena pretextando que no podrá estrechar su talle.
-Un dolor leve de impensables consecuencias. Un flirteo que no será.  Sobre todo si el tipo se explica: “No bailo por lo mío con los gases”.
-Disuasorio, ¿verdad? Hay palabras que te provocan naúseas. Por ejemplo “hormona”.
-Hormona es asquerosa, huele a sala de despiece sin ventilación. Mi historia estará desprovista de hormonas, lo prometo.

-¿Y de descripciones eternas como una novela del XIX?
-Y de rotondas.
-¿Has pensado que haya una fuga? Me interesan mucho las fugas.
Una fuga sin persecutor. Un personaje solo que cree que todos le buscan. Que sufre dolor de brazo y que se lo trata con orfidal. Que por las noches hace testamento por si ya no despierta. Y dona sus enseres a gente que no existe. Y se caga en dios dentro de una probeta. Y conoce  a una chica en una verbena.
-¿Un fantasma con talle?
-Un talle con brazos muy largos y huesudos. Un pedazo de talle sin caderas.
-No me convence tu historia si tienes que saltar a lo anatómico-paranormal. Es de mediocres.
-Detesto el realismo mágico y los hombres sin brazos.
-Detesta tu historia y dame otra.