“El éxito no es una confirmación del talento”.

Lo dice Yasmina Reza y ya me quedo mucho más tranquila. Se trata de una de esas perogrulladas que sin embargo conviene que alguien con cierto talento y éxito indiscutible pronuncie en voz alta para que no se nos olvide que una parte de los triunfadores que nos rodean son fruto de la carambola, el arribismo, el ingenio oportunista del marketing o la vulgaridad social que los aúpa.

Cuando nos vienen mal dadas solemos señalar con el dedo al que triunfa, y lo sometemos a un juicio sumarísimo destinado a comprobar si lo merece o no. En caso negativo, desenfundamos las armas y con ellas cierta envidia tiñosa porque en el fondo pensamos que somos mejores. Yo, que tengo un talento probado para la detección de la falta de talento (poco útil, pensaréis, y tendréis razón) suelo poner caras raras cuando tengo delante de mí a alguien haciéndome la danza de los siete velos con frases rellenas de nada. Se me nota porque cambio de postura, me toco la barbilla y termino evitando el contacto visual de manera ostensible.

Con los años he desarrollado una verdadera veneración por las personas capaces de decir: “Yo de eso no sé”. Normalmente su prudencia encierra sabiduría, por lo tanto talento, pero pocas veces éxito.

Un tertuliano es ese ser capaz de opinar de todo sin convicción ni talento. Hay excepciones, pero tengo a uno enfilado en mis noches locas de Hora 25 (cadena SER). Se trata de un director de revista que  teje discursos vacíos con entonación de actor bregado en la tragedia griega. Un singermorning que puede defender una causa y su contraria sin despeinarse ni aportar a la idea medio toque personal. El tipo tiene la desgracia de rodearse de voces más brillantes que literalmente se lo comen hasta hacerlo enmudecer, pero imagino que está allí porque se le considera un hombre de éxito. Un director.

Me irritan los que saben un poco de todo y funcionan en sociedad con ese barniz que los convierte en protagonistas a la mesa. Son esos señores (y a veces, menos, señoras) que llegan, sirven el vino y te cuentan tres scoops para epatar: “¿Sabías que a fulanito lo van a despedir con una indemnización millonaria y que su mujer le pone los cuernos con el jefe que le va a dar el finiquito?”. La mesa enmudece y orienta sus antenas hacia el vocero, que surtirá de bazofia informativa el largo trecho que va del salmorejo al lomo alto con patatas.

Diré, para no dar más pistas que me condenen al ostracismo bloguero, que aplaudo ese espectáculo grandioso del ser con talento que besa la gloria después de haber pasado años sin perseguirla como un enano faldero. Suelen ser gente brillante que no saca sus plumas a pasear, pero las cuida amorosamente por las noches. Esas personas que justo después de decirte “yo de eso no sé…” aventuran una hipótesis humilde que te deslumbra, y después se marchan sin escuchar la ovación.

A continuación, y consciente de que el talento de hablar con ligereza de las cosas se volverá un día contra mí, os dejo con las cinco reglas del éxito según Los Simpson. Mis favoritas:

1) Rompe esquemas
Una  de las principales razones del éxito de Los Simpson es que rompió con los paradigmas: una caricatura que en lugar de dirigirse a los niños se dirige a los adultos y que hace una sátira de la sociedad y cultura (o más bien incultura) estadounidense. Los Simpson fue la primera serie en alcanzar los 30 capítulos en la cadena Fox y el primero de la emisora en colocarse en el ranking de los 30 programas más vistos.

2) Ante todo la creatividad
Más de 500 capítulos lo demuestran: la creatividad es la principal fortaleza de los guionistas y productores de Los Simpson. Si no fuera por esta cualidad, la serie hubiese terminado hace años. Para tener éxito con tu empresa debes fomentar siempre la creatividad; creatividad para atraer a los clientes, para gestionar a tu equipo, para hacer marketing y para resolver problemas.

3) Rodéate del mejor equipo
Desde sus inicios, James L. Brooks y Matt Groening han sido los productores ejecutivos y consultores creativos de casi todos los capítulos, asegurando la calidad del show. Además cuenta con un sobresaliente equipo de guionistas (conformado por 16 escritores ) y por un reconocido equipo de voces con figuras como Dan Castellaneta, Nancy Cartwright y Hank Azaria.  Una de las claves del éxito empresarial se encuentra en el poder de su capital humano. Rodéate siempre del mejor equipo, de colaboradores talentosos que contribuyan a alcanzar las metas de tu compañía y entrégales incentivos para retenerlos. 

4) Adáptate a los tiempos
La evolución de Los Simpson es palpable en todos los aspectos: en los personajes, en la tecnología de los gráficos animados, en los temas y en la aparición de las celebridades del momento. Aunque Los Simpson siguen cautivando al público que los vio nacer, constantemente buscan captar nuevas audiencias y posicionarse entre las nuevas generaciones. Es un grave error creer que si tu compañía ha funcionado así durante 20 años no necesita cambiar. El mercado se transforma todo el tiempo.

5) Emociona a tu público
Es un hecho: aquellas empresas que logran provocar un sentimiento o una emoción en el público tienen más éxito. Los Simpson lo hacen mediante una de las más atractivas y efectivas: la risa. Aunque en algunos capítulos también nos hacen llorar, su principal referente es el humor. El marketing emocional es una de las mejores estrategias para conquistar a los consumidores.



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