1.Hoy es el Día Nacional de la Aritmética: Nos lo pasaremos sumando escaños de las diferentes fuerzas políticas para atisbar el Parlamento que vendrá. Un anticipo simplista: parece que hay tantos españoles de izquierdas como de derechas. Y que llegar a acuerdos va a requerir de mucha seducción, mucha paciencia y mucha cintura. Como el amor.

2.Un grupo de psicólogos de las universidades de Oxford y Aalto han creado un mapa topográfico del contacto físico. Parece que las mujeres nos dejamos tocar más que ellos pese a los consejos de las abuelas del postfranquismo. Yo diría que cada uno tenemos nuestro mapa secreto. A mí no me gusta que me toque nadie la cabeza, salvo María mi peluquera, y detesto que un hombre me ciña la cintura salvo que ese hombre me guste. El brazo lo doy y lo tomo a los que siento amigos, y las rodillas son un incendio de agosto a la hora de la siesta.

3.Este fin de semana he pasado el 60 por 100 de mi tiempo cocinando. Me declaro en huelga que sartenes caídas hasta nueva orden. Mi compañera fiel ha sido Nina Simone y un vino tinto bien afinado que contrarrestó la visión apocalíptica del tendedero de mi vecina la de la hija poseída por Satán (que creo que ha tenido un niño, ¿Rosemary,s baby?). 

4.Ayer invitadas en casa L. y su hija C. Cinco mujeres a la mesa hablando con toda naturalidad de estudios, novios y psicólogos. Armonía y libertad, y esa sensación de ser familia que extiendes a algunos amigos con códigos de vida similares. Gracias, chicas.

5.”Doy gracias a mi padre cada día por no haberme hecho la circuncisión”. Ricardo Piglia se cuela en mi pista de despegue con un libro titulado “Por un relato futuro. Conversaciones con Juan José Saer” (Anagrama). De nuevo ensayo, sin querer, con formato de correspondencia personal. Juro que no lo he buscado, ha sido azar. Las cartas arrancan en 1939, el año en que nació mi padre. Mi padre está a punto de venir por Navidad a alborotarme las costuras con su olor a Marlboro y sus recetas hipercalóricas. Alegría. Aquí no se estila la circuncisión.

6.Ya miro de reojo el calendario 2016. Lo primero que hago es comprobar en qué día cae mi cumpleaños, como una niña. Me encanta cumplir años y que sea de jueves a domingo. Es esa misma ilusión atávica del Parque de Atracciones, que me parece fiesta aunque luego no me monte en nada porque me mareo.

7.Anoche el orgasmo de los ganadores y la indisimulada frustración de los vencidos. No me creo ni a unos ni a otros, ya lo siento, pero nadie engaña con su lenguaje corporal. ¿Votamos con la cabeza, con la soberbia del que tiene, con el resentimiento del que perdió todo, con la esperanza de quien aún confía, con la inercia del que prefiere lo malo conocido? Habría que estudiar más el por qué que el qué, me parece. Pero ahora a contemplar el espectáculo del día después. Como diría aquel, nos sobran los motivos.