Si pasados los cuarenta repites verdinas (versión cool de la fabada de todo la vida) y no sufres una erupción gastrovolcánica es que tu aparato digestivo es de titanio. Si además te tomas un torto con su chorizo reglamentario y rematas con tarta de queso+Cola Jet+pipas mientras emprendes con otros 27 (coetáneos y sus fieras) el Camino Encantado cuesta arriba sin atisbos de infarto, es que aún no ha llegado tu hora. Y como han pasado casi 24 horas desde la hazaña bélica sin necesidad de desfibrilador, paso a enumerar una serie de pensamientos embotados por efecto del subidón de transaminasas y demás obstructores de arterias:

1.El Cola Jet. Sí, ese polo estrella de los niños de los 70  que mezclaba tres sabores improbables: limón, cola y chocolate. Ayer toda una generación se delató al reconocer alborozados el tótem de hielo, que ha evolucionado a peor. Ahora está aplastado y la Coca-Cola sabe menos. Es probable que el potenciador de entonces fuera venenoso. Pero entonces no nos llevaban atados en el coche y a los ocho años ya desayunábamos con café, como así quedó constatado en la conversación más sesuda de cuantas mantuvimos a la mesa. Nuestros padres, sí, nos convirtieron en yonquis de la cafeína y luego nos hacían guardar dos horas y media de digestión antes del baño. Así hemos salido de contradictorios.

Verdinas, antes de ser devoradas

2.Mi escudero fiel. Tiene 10 años, se llama H. y me acompaña con una conversación que ya querrían muchos hombres de mi edad. Ayer, tras regalarme un cayado para la caminata (“te tengo que enseñar mi colección de palos”), me contó de pe a pa su expediente académico, lo sensible que tiene la piel o el impacto de encontrarse con la profe que le catea matemáticas en la playa. Todo esto mientras Minichuki, que es una pelusona, le decía “eres un pelota, ya te dejo solito con mi madre…”. Pero además H. y yo encabezamos la expedición encantada superando trasgus y duendecillos del camino sin vacilación. Porque mi escudero se orienta y eso le hace aún más excepcional. Si yo cometía el error de emparejarme un rato con otro, enseguida escuchaba su voz de contratenor desde atrás llamarme a gritos: “¡Virgiiiii, ¿por qué no me has esperado?!”. Es relajante saber que he encontrado mi target ideal de hombre. (Añadiré que además es mimoso y besa sin parar a su madre. Como las mías son unas perracas y dosifican sus afectos, de vez en cuando pido permiso a mi amiga M.C para que H. me bese y me abrace. ¡Y suele decir que sí!)

3.Me gustan los grupos que comen fabes y rematan con postres caseros. Mis amigas del cole (y sus maridos&prole) son de esas y están bien buenas. M.C en concreto se encarga de subir el ego de la tropa con sus arengas: “Menuda escuela de sirenas que ha dado el Mater Inmaculata“. Pues eso.

4.Las Chukis le están cogiendo el gustillo a los planes espontáneos con amigos encadenados. Mi ado, en concreto, se levanta preguntando ¿con quién quedamos hoy? La enana, de vez en cuando, suplica que nos quedemos en casa “tranquilitas”. Y las dos piden nécoras y percebes a la que te descuidas.

Devoradores de Verdinas

5.Hoy recibo wasap de otra amiga de Madrid que mañana se dejará caer por este pueblo con su hija, amiga de mi adolescente. Definitivamente la nueva Movida se gesta en Asturias Oriental. Madrid es el convento de los mortis.