Conversación 1. Por teléfono.

Mi terapeuta es una cotilla. Lo he notado porque se le encenden los ojos cuando le hablo de mis obsesiones. 
-¿No será que estás obsesionada con eso?
-No. La he puesto a prueba y me he inventado dos o tres manías más, bastante sórdidas. Y no se ha dado cuenta de la trola. 
-¿Y?
-¡No te sabes el chiste del tipo que va al adivino?: -Toc toc, -¿Quién es? -¡Pues vaya mierda de adivino!

Conversación 2. En el coche.

-Eres un histérico.
-No, soy neurótico, que es otra cosa.
-Bueno, un neurótico histérico.
-Verás, nena, no suelen darse a la vez. Lo mío es una neurosis, más de intelectuales, y lo tuyo una histeria, muy femenina y vulgar. Lo que pinta Paula Rego, para que te sitúes.
-Ya, lo tuyo es intelectoglamouroso y lo mío cutrequetecagas. 
-Tú no has visto lo suficiente “Alguien voló sobre el nido del cuco”, ¿verdad?.

“Alguien voló sobre el nido del cuco”

Conversación 3. En el metro.

¿Tu mujer lo sabe ya?
-No he tenido cojones de contárselo.
-Ya, tío, pero es que mañana te quedas en casa. Y pasado, y al otro…
-Va a pensar que es por mi culpa. Que soy un vago.
-Hombre, un poco sí.
-¿En qué equipo vas, tío? Cuando te echaron te apoyé.
-Sí, a tomar las cañas al bar ya ibas, ya. Pues yo no tengo tiempo para cañas.
-No te jode…

Conversación 4. En el taxi.

-Viene a la boda la novia de mi ex…
-Pues ya sabes: tu único objetivo es que te vea más guapa y más joven que ella.
-Sí…
-¿Quieres que te deje mi bolso de Dior con abalorios plateados?
-¡¡¡Sí, por favor!!! ¡Se va a cagar!
-Señorita (el taxista), mi mujer tiene un vestido de Carolina Herrera… Si quiere se lo presta también.

Conversación 5.En el salón.

-¿Le has comprado a la niña las bragas y la camisetita?
-No, ¿por qué?
-En la primera comunión se estrena también la ropa interior, hija.
-Y eso dónde lo pone, ¿en el Antiguo Testamento? ¿En una carta de San Pablo a los Filisteos? A C. no le gusta estrenar bragüelas, es una manía.
-No irás a ponerle una de esas que tiene con superhéroes.
-Pues lo mismo. Y que se levante el vestido y enseñe el culo y a Supermán. En el nombre de dios.
-Ay, hija, no se puede hablar contigo.