Mi querida Big-Bang.

La bruja Susan me jura que la semana me depara grandes emociones, así que voy a tomar vitaminas para no caerme de la impresión en alguna cuneta. Un horóscopo de 15.000 caracteres con espacios bien merece un respeto. Es decir, puede que la tipa sea una embaucadora y una farsante, pero se lo curra. Y yo a los que trabajan les tengo más adoración que el mismísimo Karl Marx. Taras de la infancia.

El antídoto contra la racionalidad pertinaz es la religión o la brujería. A veces se parecen. Últimamente también recurro a las páginas salmón de los diarios del domingo, que compiten en predicciones con la hechicera Lola, aquella que te iba a poner “dos velas negras”. De repente, la economía ha pasado de ser la sección plomo para gente sin pasiones (y a menudo sin escrúpulos) al folletín más vibrante. Como cuenta historias de real life, me las bebo y luego me hago la chulita en las charlas de café hablando del “riesgo país” o me marco una parrafada sobre el déficit con el mismo aplomo que J.Stiglitz.

Lo malo de leer tanto es que he pasado de ser una muchachilla despreocupada a una mujer temerosa. El salmón es apocalíptico. Habla de paro, de recesión, de embargos y rescates. Un campo semántico con nubarrones grises que hasta la fecha no se había mezclado con el de las tendencias, el in&out y los tulipanes violetas, mucho más familiares. De manera que es coger el periódico y empezar a temblar. Un suponer, ¿y si me quedo sin trabajo, qué haría?

A.El jeque lascivo no se ha personado, at the moment. Y mira que la bruja me lo anda prediciendo tres temporadas. B.Para la prostitución de lujo estoy pelín cascada. No, no vayas a creer que no tengo un pase -la que tuvo, retuvo- pèro las hordas del Este han subido el listón muy arriba y además no estoy al día de los menús eróticos contemporáneos de esos pervertidos que pagan por amor. C.Robo por alunizaje: es demasiado escandaloso, fijo que la pasma me pillaría y a ver qué hago desde el trullo con dos chukis a medio criar que comen como limas, las jodías.

Yo no quería ver la crisis, y mira que he criticado por ello a ZP. Pero la crisis llega y aquí voy a pagarla, con sudor. A no, que eso era la fama…Se acabó la despreocupada ligereza de los jueves. Bye bye a los zapatos, tendrás que ser Imelda en otra reencarnación. Ahora sueño con Merkel y con el Fondo Monetario Internacional y hoy me he despertado gritando “quiero que alguien me rescate…”.

Sólo me queda llamar a Susan y pedirle predicciones anticipadas de aquí al verano. Necesito un plan, un indicio, un destello de esperanza o se me pondrá el cutis gris y no habrá presupuesto en cremas milagros que lo apañe. La Bolsa se estrella, somos un país de los llamados PIGS y mis exiguos ahorros no dan para una cuenta en Suiza o en algún paraíso fiscal de ringorrango.

Sí, en estos momentos siento que soy escandalosamente vulgar. Y sólo me queda la fe, la brujería y dejar de leer los periódicos. Tocan tiempos de tarot y horóscopo de luxe. Creamos en todo lo que no pueda refrendarse con cifras y ecuaciones. Y que el fin del mundo nos pille bailando, que diría aquel,