Mis invitadas hoy al #ProyectoMujer: Belén Barreiro (Madrid, 1964), veterinaria y Directora General de Ingenasa. Y su hija Elena Mosteiro (Madrid, 1993), biomédico. Departamento de Comunicación y Pacientes de AbbVie.

Belén Barreiro, Directora General de Ingenasa, en #ProyectoMujer

Sostiene Belén Barreiro (Madrid, 1964) que no es una científica al uso, pero que el método científico forma parte de su persona: “Me ha hecho práctica, perseverante y curiosa”. Esta madrileña accidental, pero gallega de manga y eslora, confiesa que le gusta el deporte de riesgo y que ha tomado decisiones arriesgadas en su vida.

¿La más reseñable? “Dejar de trabajar un tiempo por “tratar” de mantener la familia y retomar la vida laboral por mantener mi cordura”. Y eso que resume en pocas palabras en realidad es un largo viaje físico y vital desde la exigencia de un empeño de alta responsabilidad en  Ingenasa, la empresa de diagnóstico veterinario que ella misma contribuyó a levantar a pulso desde Madrid junto con varios socios, al Valle de Arán.  Con su marido y sus tres hijos, en el que iba a ser un año sabático y terminó convirtiéndose en un largo éxodo en toda regla con cambio radical de actividad incluido:  “Montamos una agencia de viajes. Los niños iban a la escuela rural y según crecieron los mandamos a un internado en Francia que estaba a 80 kilómetros de casa”.

Hoy, de vuelta al punto de partida, es la directora general de Ingenasa y confiesa que disfruta como nunca de su trabajo de lunes a viernes, pero los fines de semana vuelve al valle y en temporada de esquí no deja una sola pista negra sin trillar. Como tampoco su hija, Elena Mosteiro (Madrid, 1993), biomédico  en  el departamento de Comunicación y Pacientes de la farmaceútica AbbVie y jugadora de rugby amateur. Una joven optimista y de formación cosmopolita que escucha su relato e interviene para reconocer que el periplo pirenaico fue el principio de lo mejor que le ha podido pasar en su vida. Aunque no siempre lo vio así: “Pasé de una vida en Madrid de “pija” a una escuela rural y luego a un internado en Francia en el que viví probablemente los peores momentos de mi vida; Estudié en Gran Bretaña y de ahí a Canadá, donde conocí a gente de todo el mundo y empecé a descubrir en qué me quería convertir y que tipo de persona quería ser”.

¿Quiénes sois?

Belén: Soy una mujer sin complejos, dinámica y activa, a veces incluso agotadora.

Elena: Me considero independiente, aventurera y reservada. Siempre he creído que puedo conseguir lo que me proponga.

¿Cómo relatarías tu vida en pocas palabras?

Belén:  Yo veo mi vida como una adaptación a las circunstancias y oportunidades. Me hubiera encantado tener una vocación, pero soy demasiado dispersa. Hay muy pocas cosas que no me interesen.

Elena Mosteiro entrevistada por Virginia Galvín para #ProyectoMujer

Elena Mosteiro, 25 años, biomédico, en #ProyectoMujer

Elena, ¿qué es lo que querrías en el futuro? ¿Qué es prioritario para ti? (posición, salario, servicio a la sociedad, aprendizaje, desarrollo…etc).

Siempre pensé que quería ser médico, pero a la hora de la verdad me di cuenta de que lo que me interesaba era la medicina. Tengo claro que quiero tener un futuro profesional ambicioso. Mi objetivo es llegar a liderar un equipo. En este momento para mí lo prioritario es aprender, formarme y el salario es secundario.

Profesionalmente, ¿cuáles consideras que han sido tus grandes logros?

Belén: Míos y solo míos, pocos, la verdad. El más importante probablemente es el de construir y desarrollar prácticamente desde cero una actividad industrial y comercial en una compañía que solo hacía investigación dependiente de los recursos económicos aportados por sus socios. A día de hoy, mantenemos la misma actividad investigadora, pero somos autosuficientes y rentables y vendemos nuestros productos en más de 87 países.

¿Qué creéis que tiene que cambiar para que lleguemos a una igualdad real hombres y mujeres?

Belén: Somos diferentes y espero que sigamos siéndolo, ¡si no, se acabaría la humanidad! Pero nosotras tenemos que ser conscientes de que esas diferencias no pueden limitarnos ni en lo profesional ni en lo familiar.

Elena: Me gustaría que las niñas pudieran decidir si quieren ser  la élite del rugby, del surf o de lo que les apasione. Y para ello tienen que dejar de escuchar frases como: “esto no, que es un deporte muy bruto, ¿por qué no te apuntas a ballet?”.

¿En algún momento os habéis sentido minusvaloradas por ser mujeres?

Belén: Si me ha sucedido, no me he dado cuenta. Mi mejor medicina ha sido ignorarlo, de ahí que no me acuerde…

Elena: Por suerte no he notado desigualdad, yo siempre he tenido las mismas oportunidades que mi hermano, incluso más.

¿Qué es para vosotras el feminismo? ¿Cómo debe ser el feminismo?

Belén: Yo hoy lo entiendo como una actitud, no como una reivindicación. Los derechos de las mujeres son hoy los mismos moralmente, legalmente… Y esto gracias a las pioneras del feminismo. Ellas sí necesitaron radicalizar, gritar, exigir… Después  se han instaurado estilos de feminismo menos radicales, como las cuotas, pero ahora lo que queda es la actitud. Actuemos como que ya está todo hecho y creámonos que es así; sin complejos, susceptibilidades ni remordimientos.

Elena: El feminismo no es solo algo de las mujeres, es de todos. Pero lo más importante no es ir a una manifestación un día al año, es lo que viene después. Es creerte que realmente eres igual que cualquier otra persona, y esforzarte día a día para mejorar y seguir aprendiendo.

Feminismo inclusivo. Es decir, contando con los hombres. ¿Qué os parece?

Belén: De verdad, hay veces que pienso que la labor feminista ha hecho más mella en los hombres que en las mujeres. Creo que ellos tienen que ser aliados, no enemigos.

Elena: Los hombres nos tienen que apoyar, el objetivo al final es la igualdad y sin ellos sería imposible. Pero eso no quiere decir que intercambiemos los papeles, sino que lleguemos a acuerdos.

En igualdad de condiciones, ¿hay que favorecer a la mujer para caminar hacia la igualdad o es una trampa? (Discriminación positiva, cuotas…)

Belén: Hace unos años, cuando se empezó a hablar de cuotas, me repateaban. Ahora he visto que han tenido su valor. Pienso que es una medida que debe mantenerse hasta que las estadísticas demuestren que los objetivos están conseguidos.

Elena: Yo creo que es una trampa. Lo que hay que favorecer es el trabajo y los conocimientos, hay que apoyar a las mujeres que quieren ser madres y no apartarlas por ello, pero que haya directoras solo porque las tiene que haber no es la manera…