Proclamo que el matrimonio más duradero es el heterogay.

Y en breve mostraré mis argumentos, no sin antes comentar las dos películas acerca del amor y sus venenos que he visto esta semana. En la primera, “Amanecer”, un vampiro lánguido y luminoso rompía el dosel de una cama balinesa al intentar consumar el sacramento. Por supuesto, la víctima quedaba embarazada ipso facto y en ese instante empezaba a hinchársele la tripa. Todo muy truculento, muy semilla del diablo pero sin el genio y la figura de Polanski…

…A quien no citaría (de nuevo) si no fuera porque la otra peli es “Un dios salvaje”, guión de ese sátiro casado con Enmanuelle Seigner y de esa mujer a quien amo llamada Yasmina Reza. Aquí las parejas no rompen la cama, diríase que no han retozado en varios meses, pero destrozan cualquier atisbo de fantasía sobre el amor que pudiera quedarme tras soportar”Amanecer” con una bolsa de chuches tamaño Everest y dos chukis ansiosas de pieles blancas, lobos aulladores y sangre fresca.

Tú ves la saga Crepúsculo en su última entrega y llegas a las siguientes conclusiones:

1.Los zapatos de tacón color blanco son, definitivamente, una horterada.
2.Casarte en una iglesia es una cutrez, habiendo bosques con árboles de navidad.
3.Un polvo puede poner en peligro tu vida. Cuidado con el sexo, nenes.
4.Hay novias que se afeitan los pelos de las piernas después de la boda (increíble, pero cierto. Los guionistas han forzado a Bella a sacar la Gillette y rasurarse en la bañera en pleno honeymoon).
5.El aborto es una cosa muy fea, aunque el feto te esté matando. Hay que arriesgar la vida, jovencitas que váis a Crepúsculo como quien peregrina a la Meca o a un concierto de Justin Bieber.

Después de tragarme “Un dios salvaje”, a palo seco y con algunas viejas comentando en voz alta a mi alrededor, extraigo estas otras conclusiones:

1.Jamás hay que fiarse de un matrimonio que te abre la puerta con los brazos entrelazados y sonrisas siamesas. En realidad, se odian.
2.Los tulipanes amarillos los carga el diablo.
3.Hay vendedores de mecanismos de cisterna de wc con casas pistonudas en Nueva York. Aquí suelen concentrarse en el extrarradio, me temo.
4.Los fabricantes de vómito artificial han mejorado mucho desde “El Exhorcista”.

5.Los personajes cínicos e inmorales son mucho más agradecidos que los buenrrollistas. Dónde va a parar.

Mi semana habría terminado en un suicidio seguro de no ser por dos encuentros: el primero, con Mario Vaquerizo y Olvi Alaska. Una pareja vampírica que se ama, en la salud y en la ambigüedad. No se tocan para mostrar que saltan chispas, ni falta que les hace. Sonríen, respetan los tiempos de cada uno y reparten cariño urbi et orbe.

Y luego está mi amigo J., a quien arrastré a la presentación de un libro anoche. Llegó tarde, muy tarde, pero no importó.  Nos abrazamos, nos besamos y me echó un piropo eterno. Que sea gay es sólo accidental. Eso pensaba yo cuando salimos a la calle entrelazados como los de Polanski pero de verdad. Con toda la acera y la vida  por delante.