Desde las seis de la mañana espero para abrir los regalos de Reyes. En casa se ha instalado el mundo al revés. Es la madre quien ansía y las hijas duermen, benditas sean, sabedoras de que el tiempo es elástico si uno se pone una venda y camina por el alféizar nebuloso de una ventana sin marco. La confianza plena en que el mensajero ha…