Mi querida Big-Bang: Una vez me crucé de piernas en un sitio sagrado y fui amonestada en nombre del altísimo. Desde entonces arrastro un tic Sharon Stone que me lleva a cruzarlas y descruzarlas compulsivamente, agobiada por si he olvidado la ropa interior con el frenesí de la mañana. Sí, por culpa de Charito Piedra hemos perdido la inocencia. Y gratis, porque al menos a…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosMi querida Big-Bang: A la zorrita, por quitarle años, de mi jefa, no hacen más que llegarle flores al trabajo. Que si un bouquet cursi de rosas poco frescas a conjunto con el jarrón, que si unos crisantemos blancos lujuriosos, que si unas lilas mustias divididas en tres vasos comunicantes… Y yo, desde el despacho de al lado, intento sofocar la envidia con frasecillas del…
Mi querida Big-Bang: Reconozco que envidio mazo a las peluqueras. Tan pizpiretas, tan despreocupadas, con la mecha siempre en su sitio, el wonder bra de serie y el culo respingón. El otro día tuve la ocasión de verlas a cientos en el salón internacional de la belleza, a donde fui a pillar un corte de pelo gratis y a afanar muestras de cremas milagrosas para…
Querida Big-Bang: El otro día me porté como una vulgar gruppie con cierto ministro. Te lo digo por si lo acabas leyendo en el BOE o de repente te topas en Internet con una foto en la que el hombre y su corpulencia vasca sonríen al lado de una pava con mechas, arrobada, con cara de estar junto a Mick Jagger en mallas. Dicho queda,…
Mi querida Big-Bang: Un día ya lejano un niño con calcetines de perlé y las rodillas llenas de mugre me llamó “señora” y no pasó nada. De verdad que ni me alteré. Sólo le dije que era un guarro, que esos calcetines de perlé estilo Shirley Temple fijo que olían a naftalina y que si su madre le había vestido inspirándose en los repelentes niños…
Mi querida Big-Bang: El otro día desayuné con una mujer inquieta,pizpireta y parlanchina que aseguraba tener su armario estrictamente ordenado y dispuesto por colores. “Tanto, que las puertas son transparentes”, fardaba con el orgullo propio de una folclórica con buenas tetas y mejor canalillo. Yo la miraba rarito, porque siempre he sido muy de madrigueras con blindaje opaco como el del Banco de España, perfectas…
Mi querida Big-Bang: La familia que hace una barbacoa unida, permanece unida. Es lo que tiene la fritanga choricera, además de colesterol XXL y una pesturrina delatora que recorre la urbanización urbi et orbi. Es más, si el Papa Ratzinger fuera listo, en vez de asomarse al balcón y mover las manos despacito como un Play Mobil encendería las chascuas y pondría bien de panceta….
Mi querida Big-Bang: Últimamente mi hábitat cotidiano son los bares de luxury hoteles con mucho dorado, mucho ramalazo Phillipe Stark, mucho camarero design vestido de Armani y, sobre todo, mucho ejecutivo arrogante y pasado de perfume caro. Yo no voy a pillar cacho, conste, sino de ojeadora social y, de paso, a perpetrar un bloody Mary con coartada. Allí me mimetizo con el entorno y,…
Mi querida Big-Bang, Ayer me dilataron las pupilas y salí a la calle como el conde Drácula, con los ojos negros como dos cucarachillas… La vida en dilatación está llena de nubarrones y elipsis, como un viaje a lo Janis Joplin. Bien pensado, lo mismo la gente me miraba tanto por si me había metido al cuerpo un Everest de cocaína. Las que venimos de…
Mi querida Big-Bang: Mi primer novio confesaba sin rodeos que prefería bailar con mi hermana que conmigo, porque yo no me dejaba llevar. Era tomarme por la cintura y ya sentía como un calambre, sus piernas me invitaban a ir a babor y yo tiraba a estribor, muy tiesa. “La mula Francis” era mi nombre de guerra. Y mira que intentamos aprovechar la rigidez de…