-Un día deberías escribir una historia, pero una historia de verdad. -Ah, de verdad… -Sí, una donde pasen cosas, donde haya personajes que se pierden y se levantan en otra ciudad. Que mienten, se toman un pisco los viernes por la noche y abandonan a su tortuga en una palangana que flota por un río… -¿Cómo Moisés? -Sí, bíblico. Pero bíblico festivo. Sin mariconadas de…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosY entonces, sin habérmelo propuesto, vuelvo a Oliver Sacks. Y sólo tengo un libro suyo en mi pomposo Taj Mahal: “El hombre que confundió a su mujer con un sombrero”. Y no recuerdo habérmelo comprado -ni al sombrero, ni al hombre ni, desde luego, el libro (Anagrama), pero sí la confusión en incontables plazos- Pero alguien que soñaba con ser berilio, cesio o francio cada…
Sostiene I. que hay dos tipos de limpieza: “La gótica-barroca y la zen”. La primera consiste en hacer a fondo una habitación y esparcir la mugre -trastos, enseres, polvo- por las demás. La zen no la especifica, sepultado por la sordina de nuestras carcajadas, pero imagino que es aquella que te planteas con la mente, concentrado, la visualizas y no la ejecutas porque el orden…
Andrew&Ali, The And -¿Por qué me engañaste? -No sé… Quería conocer otras opciones… No tengo las respuestas. En el video, Ali y Andrew, una pareja de treintañeros, se enfrenta a su pasado. Él con una gorra absurda y cara de culpa retroactiva. Ella con shorts y una mirada conmovedora. Entre ambos, como cortando el aire, las preguntas que no se hicieron cuando eran pareja. Los…
Ganjes Ayer vi a un hombre nadar en el estanque del Retiro: Hoy dudaría de esa imagen fantasmagórica de no ser porque iba doblemente acompañada. El hombre tenía una larga melena blanca y caminaba perezoso como un eremita falto de proteína animal, de carne roja. Más que nadar, braceaba destartaladamente y cada poco elevaba los brazos hacia el cielo sin luna cual peregrino del Ganjes….
“¿Cómo se convierte alguien en escritor, o es convertido en escritor? No es una vocación, a quién se le ocurre, no es una decisión tampoco, se parece más bien a una manía, un hábito, una adicción, si uno deja de hacerlo se siente peor, pero tener que hacerlo es ridículo, y al final se convierte en un modo de vivir (como cualquier otro)”. Este párrafo…
De pronto M. grita que no tiene un libro para engancharse. Que todo lo que empieza últimamente la lleva a la deriva del tedio. No engancharse está bien, ya somos mayores para las drogas y jóvenes para el desencanto. O sea, que estamos condenados a enredarnos en la contradicción. Querer estar y tener ganas de largarse. Quererse vaciarse y comprar otro par de zapatos. Querer…
Justo antes de leer la prensa digital pensaba escribir sobre la vuelta. El regreso de mis hijas, que alborotaron las costuras de la casa ayer por la tarde. El trasiego de maletas por el pasillo. Las bolsas con comida del viaje. El desorden alegre después de dos semanas donde todo quedaba justo en el lugar en que lo había dejado. Las manos fugitivas enviando wasaps,…