Madrid. 22.30 horas.
-Perdone, llevo tres horas y media esperando que le vean la pierna a mi hija. ¿Podría decirme cuánto más tendremos que esperar?
-Pues hay demora.
-Eso ya lo hemos comprobado, sí.
-No sé…dígame el nombre de su hija.
-XXX
-Pues aún le quedan tres personas delante.

Sala de espera de urgencias. Mi adolescente y yo hemos llegado a las 19,45 horas. Ella coja y con sus apuntes del examen en la mano. A nuestro lado una chica latinoamericana tiene la pierna escayolada y se queja de mucho dolor. Una hora después sigue quejándose. La llaman a consulta. Sale hecha un mar de lágrimas. Le cuenta a su pareja que le han dicho que la tienen que operar, pero que no tiene cobertura. Le han dicho que volverán a llamarla en un rato. Ella llora. Mi adolescente me pide que le pregunte las cinco teorías por las que las mujeres vivimos más.

-Los estrógenos, que nos protegen, mamá. Pero ahora han descubierto que también pueden provocar más riesgos cardiovasculares.
-Ah…
-Dos: la testosterona masculina, que hace que practiquen más deportes de riesgo, conduzcan más deprisa y se peleen. Pero las chicas ya nos peleamos igual.
-Oh…
-La ingesta de alcohol y de drogas. Se supone que los chicos beben más. Pues ya te digo yo que no, que en los botellones ellas se ponen hasta arriba.
-Ya… Pero tú no, ¿verdad, hija?

Once y media de la noche. Un padre gritón y su hijo entran por fin. El pobre hombre lleva horas y está agotado. Pero cuando nosotras llegamos no estaban, así que me lanzo a la puerta de la traumatóloga.

-Disculpe, pero creo que este señor llegó después y nosotras llevamos casi cuatro horas esperando.
-Es posible que salieran a tomar algo. La demora, ya sabe…

Al fin nos toca. La doctora interpreta la radiografía: es una distensión. ¿Qué estabas haciendo?
-Un salto mortal
-¿Y eso haceís ahora en el cole?

A continuación se toma sus buenos diez minutos en redactar el informe, tecla a tecla. Tic,tac,tic, tac. Mi adolescente me hace muecas de impaciencia. Salimos al fin. La mujer latinoamericana aigue ahí, esperando.

Doce de la noche. Al fin a casa.

Ah…no es un hospital público, sino una clínica privada.