Marieta Jiménez Urgal con sus hijas Irene y Marta. Foto de Indio Hill

Mis invitadas #ProyectoMujer: Marieta Jiménez Urgal (Ciudad Rodrigo, 1966) Presidenta y directora general de Merck en España. Licenciada en Farmacia/ Irene Rodríguez Jiménez  (1999). Estudiante de Derecho y Publicidad y Relaciones Públicas/Marta Rodríguez Jiménez (2001). Estudiante de Bachillerato Internacional.

 

Hay tres decisiones que cambiaron decisivamente la vida de Marieta Jiménez Urgal: ser madre, divorciarse y decir “sí, quiero” a la propuesta que, en el verano de 2015, recibió de su empresa, la multinacional farmacéutica Merck: ocupar la posición de directora general de la compañía en Suecia. “Irme yo sola con mis hijas a Estocolmo fue un paso importante”, recuerda esta mujer de discurso sereno, preciso y apasionado, miembro de selecto club de las altas directivas en España.

En apenas dos años, además de dar un empujón considerable a la cuenta de resultados, entendió por qué en el país escandinavo los debates sobre género e igualdad brillan por su ausencia: “Suecia es un país donde no se discute sobre conciliación o sobre quién cuida de los hijos, porque se da por sentado que es una tarea compartida entre hombres y mujeres. Eso te choca al principio y enseguida lo aprecias”.

En 2017, Marieta Jiménez Urgal volvió a ser promocionada. Esta vez su destino sería Madrid y su cometido la presidencia y dirección general de la compañía a nivel nacional.

Desde entonces una de sus prioridades es que la paridad sea un hecho. “Estamos haciendo un ejercicio consciente para ello. Somos un 51% de mujeres, y un 30% en el comité ejecutivo. Hay mucho trabajo por hacer porque nos encontramos ante una cuestión cultural. Debemos destruir para volver a construir. Si no lo hacemos las mujeres que estamos en una posición de poder, ¿quién lo va a hacer?”. Así que cuando le pregunto si está a favor de la discriminación positiva no duda ni un segundo: “Pero no te quepa la menor duda. Y más allá. Yo antes era contraria a las cuotas pero ahora creo absolutamente en ellas. Eso sí, debemos asegurarnos de que las mujeres lleguen bien preparadas y que la maternidad no las penalice”. Y un dato más que habla de su coherencia: Marieta no acepta participar en ninguna mesa o debate en la que no haya voces de hombres y mujeres.

Es una tarde primaveral en la que la lluvia descarga con furia sobre las aceras cuando nos encontramos con ella y con sus hijas, Irene y Marta,  en su casa de Madrid. El #ProyectoMujer se estrena con ellas. Escuchemos lo que tienen que decirnos.

 

Marieta Jiménez Urgal, Presidenta y Directora General de Merck España. Foto:Indio Hill

¿Quién eres?

Marieta: “Soy una mujer sencilla, curiosa, luchadora, apasionada, enérgica y paciente. Si creo en algo voy a por ello y jamás me rindo. De pequeña quería ser misionera; luego reportera de guerra. Hoy desde mi posición al frente de Merck en España me guían los mismos principios de entonces, especialmente uno: mejorar la vida de los demás. En mi caso, desde el desarrollo de medicamentos”.

Irene: “Soy empática, sincera, alegre y extrovertida. Con fuerte carácter y emprendedora. He sido educada en la importancia del respeto y de pensar antes en los demás que en mí misma. En que no tenga miedo y sea yo misma, guste o no guste a los demás, y en la importancia de saber idiomas”

Marta: “Soy una chica de casi 17 años, directa y creo que carismática y algo vergonzosa. Me gustan los cambios y me adapto rápido a ellos. He vivido dos años fuera, en Suecia, y me han educado de forma distinta a mis amigas. Mi madre viajaba mucho por trabajo y en casa estaba más mi padre, así que era él quien cocinaba. Siempre me han dicho que si quiero algo me tengo que esforzar. Y que el respeto hacia el otro es lo más importante”.

 

 

Irene Rodríguez Jiménez. Foto: Indio Hill

¿Qué es para ti el feminismo? ¿Cómo debe ser el feminismo en el que crees?

Marieta:  Para mí el feminismo no es una ideología, no es algo a lo que me tenga que apuntar como si fuera un movimiento, un partido político, o una asociación. Feminismo es una forma de ser, es una actitud, es un valor fundamental que todos los seres humanos deberíamos tener, y como tal se educa, se enseña y se practica con el ejemplo.

Irene: “Feminismo es la consideración de las personas como seres humanos, no como hombres o mujeres. Creo que el auge del movimiento LGTB ha cambiado los roles, incluyendo los de ser padre o madre. En Suecia se está consiguiendo la igualdad, pero al volver a España he tenido que escuchar comentarios del tipo “a las chicas os gusta esto o aquello”, viniendo incluso de profesores, y eso me indigna. No hay nada que nos guste o no por ser mujeres. Hay que romper con esa idea preconcebida”.

Marta: El feminismo es algo que siento cercano. En casa hablamos mucho de ello, mi hermana propone debates y mi madre vive los valores feministas y es un ejemplo. En el colegio a veces escucho a compañeras decir que aspiran a “casarse con un hombre rico” y me revuelvo. Les pregunto: ¿No os gustaría conseguir vuestros propios logros, hacer vuestra vida sin que dependas de otro?”

¿Cuál crees que debe ser el papel de los hombres en este “nuevo orden” de igualdad de género?

Marieta: Los hombres deben  liderar con nosotras, poner voz a esas mujeres que necesitan su ayuda… Es una responsabilidad conjunta y compartida, sin repartos de tareas. La igualdad es algo que debemos construir entre todos.

Irene: “Entiendo el feminismo inclusivo, con el hombre, pero también el que no le incorpora. Es como si estallara una guerra en China y tú pudieras ayudar, pero desde fuera. Los hombres son nuestros aliados, pueden ser feministas, pero la lucha es sobre todo nuestra”.

Marta Rodríguez Jiménez. Foto: Indio Hill

Marta: “El feminismo es de todos. Hombres, mujeres, gays, heteros, discapacitados, personas de otras razas. Así que creo que debe incluir a todos. Y no dar miedo, como el que sienten quienes confunden feminismo con hembrismo. Con el intento de ponernos por encima de los hombres. Yo en eso no creo”.

¿En algún momento te has sentido  minusvalorada por ser mujer?

Marieta. Me he sentido tratada con condescendencia. Recuerdo algún jefe que me llamaba “Marietita…” y yo pensaba ¿Por qué usa el diminutivo?. Recuerdo calificativos que se han usado para referirse a mí: “demasiado intensa, demasiado emocional”. Recuerdo haberme sentido frustada, rabiosa, pero siempre con unas enormes ganas de luchar , de reivindicar mi valor como mujer, como ser humano… Quiero ser parte de una empresa donde se expresen las emociones, las risas, y también los llantos; quiero que las empresas sean una prolongación de lo que somos como personas. Debemos ser 24 horas al día, no creo en la división entre vida personal  y profesional. ¿Por qué no puedo ser simplemente quien soy todo el rato?

¿Cuáles son las mujeres a las que consideras modelo de vida e inspiración?

Marieta: “No tengo un modelo con nombre y apellido, pero sí diría que es la mujer que lucha y no se somete. Y si debo pensar en un modelo no es una mujer, es mi padre. Un hombre que reúne valores que me han ayudado a mí en la vida: es sincero, creativo, resistente, paciente y simpático”.

Irene: “No tengo ídolos de ningún tipo, ni hombres ni mujeres. Nadie a quien seguir. Me gusta hacer mi propio camino”

Marta: “Mi madre. Porque es una mujer que trabaja mucho y nos cuida. Está en un puesto muy alto y desde ahí representa lo mejor de los valores del feminismo. Además, es atenta, callada, cariñosa y muy graciosa aunque no lo parezca”.