Fui a ver Violette porque me gustaba el título y era en francés. También porque me convenía por la hora y porque Madrid sin banderas ni triunfos me había dejado huérfana y a merced de un calor  asfixiante que sólo podía resolverse en tormenta y en la oscuridad de un cine.  En la sala sólo había mujeres, y de haber habido algún hombre -no lo…