“El proceso de escritura da sentido a todo lo que parece no tenerlo, pero, a la vez, exige chapotear en fango de dolor. Es probable que, del malestar que esa tensión produce, provenga una curiosa simetría: Una pena en observación, de C. S. Lewis, tiene 103 páginas; Mi libro enterrado, de Mauro Libertella, 77; Lo que no tiene nombre, de Piedad Bonnett, 131; Noches azules,…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosCae en mis manos por azar el libro de una escritora de la que había oído hablar por primera vez este verano, también por azar. Piedad Bonnett, colombiana. Poeta. Me habló (bien) de ella Héctor Abad Faciolince, de quien me fío, y ayer volví a casa con su libro “Lo que no tiene nombre” (Alfaguara) en el bolsillo. Con esa excitación que otorga intuir tras…
Mi querida Big-Bang: Ver Nápoles, y después morir. Ya sabes lo fan que soy de Goethe y del tremendismo. En realidad, yo quería ver Positano, y después morir. Hasta que alguien me dijo que la localidad italiana es una especie de Benidorm en agosto y me quedé sin lugar por el que perder la vida. Yo quería, insisto, ir a la costa amalfitana, alquilarme una…