Ayer el whatsapp y mi despiste me jugaron una mala pasada. Invité sólo a mi madre y a dos de mis hermanos a comer, los que no tienen hijos pequeños o no los tenían este fin de semana, porque estaba cansada después de una semana horríbilis. Y porque no me sentía con fuerzas de pasar de seis comensales a catorce. En lugar de explicar así…