Hacerse un Púertolas = desaparecer del mundo. Quedarte en el sofá de casa y dejar que pasen las horas. No es un gesto estrictamente depresivo, sino diletante y un punto ceremonioso. Puértolas, aclararé, era el segundo apellido de mi abuela, una maestra del apoltronamiento que solía aislarse para luego plantarnos queja porque no la habíamos llamado: “Llegaréis un día y me encontraréis muerta en el…