La mujer avanzó hasta la vía del tren, colocó su bolso sobre el riel y, tras tumbarse, puso la cabeza encima como si se tratara de una almohada. El tren la despedazó minutos más tarde. No busquéis la noticia. No ha sido publicada. Pero sucedió cerca de Madrid, hace unos días. Me la contó ayer un taxista cuya mujer es policía. El teléfono sonó en…