Mi querida Big-Bang: Me gustan los políticos que dimiten. No porque nadie precipite su caída, sino por sí mismos. Porque se han dado cuenta de que la farsa debe finalizar.  Porque han visto que es cansado perpetuar el ego. Porque no estaban ahí por vocación de servicio público, sino por: a: cimentar sus inseguridades y matar los complejos de segundón de patio de colegio; b:…