Ayer participé en un debate de alcance planetario bastante provocador: ¿Con qué personas te irías a la cama? No iba de sexo la cosa, sino de compartir el colchón con tu pareja, tus hijos, tus hermanos o habitación con un semidesconocido por circunstancias fortuitas. Un hotel sin habitaciones en un viaje de trabajo, por ejemplo. -Yo no duermo ni con mi marido, dijo L. -Pues…