Así que lo que he estado haciendo toda mi vida ahora se llama “nesting“. O sea, anidar y disfrutar de tu casa el fin de semana. Leyendo, cocinando, escribiendo, mirando al techo, cortando patas de sillas o pintando a la tiza… Y que tan industrioso afán  pone a raya a la ansiedad, esa enemiga íntima, y aporta lucidez. Encima ahorras (si no fuera por Amazon,…