Cuando alguien no cuenta contigo deja de mirarte a los ojos. No falla. De pronto eres invisible. O no, no lo eres. Eres tan visible como la Gran Muralla China desde el espacio. Y el otro no puede sostenerte la mirada porque tu mirada pesa toneladas y ellos son estrechos de hombros y hay huecos insondables en sus trajes armados con hombreras. Y no lo…