La asistenta de M.J le informó, orgullosa, de que había comprado una boisserie para su salón: “Y ya les he dicho a todos en casa: no quiero libros, sólo adornos”. Tener tan claro que la cultura que no está para exhibirse me parece una prueba de sabiduría.  Sin duda una pastorcilla de Lladró bien merece un puesto de honor en el front raw de madera…