Cuando yo era pequeña Fraga era ya una caricatura. Recuerdo que al mundo que me rodeaba le hacían gracia sus desmanes, sus puñetazos sobre la mesa, su dicción ininteligible y esos gestos de furia de malo de cuento que mete miedo a los niños porque es el papel que le ha tocado en la vida. Fraga era un señor con unos horribles calzones metido en…