Desde que existen las MILF, las mujeres de cuarenta y tantos somos mucho más felices. Las etiquetas se inventaron para otorgar una identidad al objeto y también para definir un sentimiento escurridizo, impreciso o destruir directamente un tabú. También para vender más. Sin palabras no hay realidad, no hay mercado. Mothers I’d Like to Fuck. O sea, madres follables, con perdón. O mamás maduras, libres…