Antonio Pérez Me gusta entrevistar a viejos sabios. No digo ancianos porque la palabra incluye cierta carga de compasión condescendiente amparada en el respeto, y yo a los viejos luminosos los respeto mucho. Las reflexiones pasadas por el poso de la vida son como esos vinos añejos que se quedan a vivir en tu paladar. El “retrogusto” tan cacareado de los esnobs que tiran de…