Cuaderno de bitácora. Hoy, en la tempestad eterna de la noche, he sentido que se me agotaba el plazo. Que debo seleccionar de entre la maraña de historias que me susurran al oído voces de autores muertos y enterrados, esa que tendrá largo recorrido. Un cheque en blanco para fabular sin diletancia. O con ella. Haber llegado hasta aquí sin demasiados arañazos me ha convertido…