Suelo tardar mucho tiempo en deshacer la maleta. Llego a casa y la dejo arrinconada en un sitio donde pueda verla al bies, pero sin que me asalte la poderosa necesidad de abrirla e ir sacando los restos del naufragio que es un viaje. Como mucho, hago el esfuerzo de sacar la ropa sucia. Creo que en el fondo uno alberga la fantasía de que…