“Beatrice, quizá a causa de la muerte de su padre, que recordaba con nitidez, sentía un obstinado pavor al otoño. Había un momento del año, a finales de agosto, en que el verano asaltaba los árboles colmados de hojas con un poder deslumbrante, pero un día, de improviso, quedaban extrañamente quietos, como si temieran algo y se pusieran en guardia. Lo sabían. Todos lo sabían:…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosP { margin-bottom: 0.21cm; }“Vos hacés el amor con cara de empleado” (La Tregua, Mario Benedetti) Conocí a Mario Benedetti hace mucho años, en 1992, cuando fui a entrevistarlo a su casa del barrio de Prosperidad. Me abrió la puerta su mujer, y enseguida llegó él. Un hombre gris marengo con su eterno bigote, que siempre pensé que no se afeitaba por miedo a desaparecerse,…
Curioseo las primeras páginas de un libro, regalo de J. y P., del que no tenía ninguna referencia. Se titula “El astrágalo” (Seix Barral) y su autora es la francesa Albertine Sarrazin. Busco, encuentro y leo: “El astrágalo o talus, llamado también taba y chita, es un hueso corto, parte del tarso, en el pie en los humanos y demás plantígrados. Por su constitución y…
Hay libros que no permiten la cohabitación con otros y que te dejan un barro sucio e inquietante al cerrar la contracubierta. La necesidad de enjuagarte con un líquido salvífico capaz de limpiar el estómago al que has sometido a una profusión de jugos asesinos que ríete del tequila reposado y con bicho muerto. Anoche rematé Goat Mountain encogida bajo el edredón y me di…
Taj Mahal doméstico Escribo últimamente y aún de noche en la misma mesa donde mi hija mayor se devana los sesos cada día. Una rotación similar a la de las camas calientes pero llevada al territorio intelectual que, en lugar de dejarse una sábana arrugada o una horquilla de pelo abandonada sobre la almohada, olvida un libro de Galdós, “Miau”, subrayado en fucsia como dios…
Monica Lewinsky Me pasa que cuando he terminado un libro de esos que además de una prosa magistral, una historia consistente y unos personajes adictivos, te regalan dos o tres revelaciones, siento reparos al arrancar el siguiente. ¿Y si no me hace tan feliz? ¿Y si me condena a la intemperie fría de las sábanas y me obliga a apagar el pilotito de la luz…
“Cada vez que mi marido me da, pestañeo y es como si talaran un árbol. Como hachazos”. (Ariana Harwicz. “Matate, amor“. Ed. Lengua de Trapo) Tengo hace meses este libro en mi pista de despegue. Me lo regaló J. en la última Feria del Libro, una tarde pegajosa de gin tonic y ávida de encuentros inesperados. Asumo que si sigo colapsando el tráfico aéreo de…
–¿Es verdad que sólo tenemos una estación? ¿Un verano -dijo- y se acabó? (Años Luz, James Salter. Ed Salamandra) Hacía mucho tiempo que no me dosificaba tanto un libro. Normalmente me puede la gula, el impulso precipitado de saber qué pasará diez páginas después, y otras diez. Impulso que contengo cambiando de lectura en esa única promiscuidad que me permito tras tantos años de contención…
Leo que añoche el Premio Nadal recayó sobre una mujer, Carmen Amoraga, “persistente participante en premios literarios de primera fila con novela de sentimientos y centradas en personajes femeninos, una combinación con la que los editores cuenta como fórmula segura” y se me enciende/incendia la primera alarma 2014. Ignoro si esa señora escribe bien o mal, pero ser “persistente” suena a ser pesada, novela de…
“Nunca seré capaz de tocar como Keith Richards, pero lo hice lo mejor que pude”, confiesa Stephen King en la introducción de “Doctor Sleep“. Un capricho de domingo cuya lectura postpondré sobre la torre Eiffel de mi mesilla hasta que tenga hambre voraz de best seller y cuerpo de pesadillas con coartada. Nunca seré capaz de escribir como Stephen King. Tampoco de ordenar mi estantería…