Un vómito de letras sin príncipe debajo del balcón. By Alicia Martín La primera vez que vi un muerto de verdad no tenía nada que ver conmigo. Lo recordé ayer de golpe, un fogonazo mientras Brontë me paseaba con hambre de otros chuchos por el tanatorio de la M-30. Ese lugar donde he llorado muertos y he pasado ratos de ardiente calor humano y alegría…