1.El azar se cruza últimamente en el camino confinado. Llámalo coronaserendipia. El encierro me ha alterado el sueño, de modo que en lugar de irme a la cama a las 22h como solía -de las monjas cada vez tengo más rasgos, si exceptuamos el tino goloso con los dulces- no apago la luz antes de las doce campanadas y madrugo casi como solía. De modo…