Estos días concentran la mayor cantidad de frases hechas del año. Es como si, a punto de rematarlo, nos viéramos en la obligación de regalar deseos preempaquetados de felicidad. Mis amigos, que son poco convencionales, me han regalado algunas sentencias que debería escribir para no olvidar y en las que pensaré con cada campanada hasta que muera 2012 de aquí a un suspiro. M.J, ex…