¿Cuando hablamos en un idioma que no es el nuestro mostramos un yo que ocultamos?
Virginia Galvin
La vida en 5 minutosLo que el confinamiento ayuda a la creatividad y reflexión
Te vas e inmediatamente te desaparecen. O a las pocas horas, o días, o semanas. O … Irse es empezar a morir un poco. El futuro es un ejercicio de pura resurrección que ahora se llama reinventarse. El eufemismo, ya sabes, es como ese bálsamo del Tigre maloliente. Vale para casi todo. No es dramático, le decía el otro día a L. tomándonos un zumo…
Me envía H. dos brillantes artículos suyos sobre el amor y el matrimonio para entienda su posición algo conservadora en un combate de esgrima verbal entre dos que no están muy de acuerdo y se divierten templando sus florines. Postergo su lectura hasta hoy, bien de mañana, convencida de que aportará algunos peldaños a la escalera que sube a mi andamio frágil de teorías sobre…
El mejor regalo para mí son las palabras. Mejor que un solitario de diamantes. Mejor que un viaje a Marte sin escalas. Mejor que un paraíso con Adán exento de manzanas. Lo he entendido esta noche, cuando desperté agitada por un sueño que se evaporó fugaz, y había un prólogo para mi libro en mi bandeja de entrada. “Tienes un email” Y abrí, voraz, destartalada,…
“El proceso de escritura da sentido a todo lo que parece no tenerlo, pero, a la vez, exige chapotear en fango de dolor. Es probable que, del malestar que esa tensión produce, provenga una curiosa simetría: Una pena en observación, de C. S. Lewis, tiene 103 páginas; Mi libro enterrado, de Mauro Libertella, 77; Lo que no tiene nombre, de Piedad Bonnett, 131; Noches azules,…
LIbros, Instalación de Alicia Martín Ayer Muñoz Molina hablaba en su columna de Babelia de su hallazgo de Thomas Berndhart. Durante veinticinco años y a lo largo de varias mudanzas había arrastrado cuatro volúmenes del diario del escritor alemán sin decidirse a leerlos. Hasta que un día empezó con el primero y ya no pudo parar, fascinado por la profundidad de un autor que también…
El escritor Héctor Abad Faciolince, a quien frecuento, hace un curioso trueque con una baronesa italiana, que lo acoge en su palacio durante varias semanas para que escriba rodeado de musas y sin distraer la inspiración con asuntos terrenales. A cambio debe darle conversación en inglés o italiano a la hora de cenar, único momento en el que se exige su presencia. No se me…
De óxido y hueso “Esa tendencia a traicionar, a mentir y a ser perfectamente franca. A esconderte o mostrarte mucho. Ese cuidado de cuidarte tanto para acabar narrando tu historia, tu verdad con pelos y señales a un desconocido. Esas ganas de huir, de salir corriendo cuando alguien muestra que empieza a conocerte, aunque no te reveles. Ese vértigo de quedarte. Esa indomable sed de…