“En el arte contemporáneo se discute más de dinero que de sexo. Se tolera, y en cierto modo se desea, que el artista refleje su singularidad con un comportamiento anómalo. Los bigotes de Dalí, la peluca albina de Warhol, las mujeres de Picasso y el amante de Bacon pertenecen a la inconografía del arte. En ese entorno, los desórdenes sexuales no son mala propaganda”.  Los…