Me parece cruel, irremediable, el despido a cámara lenta de Ancelotti, como un Gran Hermano que todos hemos presenciado mientras el aludido fingía no enterarse. No entiendo de fútbol, pero sí de los efectos de un ya no te quiero. (A una edad respetable se han jugado muchos partidos, ganados y perdidos. Y conviene aprender a elegir a quién damos el pase una vez más…