Últimamente he vuelto a las series y no puedo arrancarme de la piel cierta sensación pegajosa de culpa. Naturalmente, me inventé una coartada: “Es  una clase de inglés, pero divertida”, y de hecho cuando me despido de la familia rumbo a la cama con mi amigo MAC entre las manos, me siento un poco fugitiva y murmuro un “buenas noches, me voy a mi clase”…