Domenico Scarlatti tuvo un padre que también fue compositor, Alessandro, pero la gloria del primero devoró al segundo y el otro día fui a escuchar El Martirio de Santa Teodosia a un auditorio hipertrófico para un pueblo dando por hecho, en mi ignorancia, que se trataba de una pieza desconocida del hijo. Pero era un oratorio (desconocidísimo para mí) de su desgraciado padre. Imagino que…