Si pasados los cuarenta repites verdinas (versión cool de la fabada de todo la vida) y no sufres una erupción gastrovolcánica es que tu aparato digestivo es de titanio. Si además te tomas un torto con su chorizo reglamentario y rematas con tarta de queso+Cola Jet+pipas mientras emprendes con otros 27 (coetáneos y sus fieras) el Camino Encantado cuesta arriba sin atisbos de infarto, es…