Madrid, anoche El taxista que nos trajo anoche de vuelta a casa confesó que estaba trabajando porque no tenía a nadie con quien cenar. Una Nochebuena solo o la atropellada charla con desconocidos a la grupa de su taxi era el dilema. Susto a muerte. Tras nosotros la policía perseguía a un coche estilo Hollywood y Madrid se atragantaba de pavo y de soberbia incendiada…