Marie Catherire, de Arikha Tuve un masajista al que llamaba El Chino que en realidad era de Carabanchel. El Chino solía quitarte las bragas con determinación cuando llevaba un rato manipulándote, y así se lo hice saber a mis amigas, que iban animadas por los resultados de unas sesiones en las que el hombre, canoso y de mirada penetrante, soltaba perlas sobre tu exceso de…