Giacometti Sostiene mi fisio que un músculo contracturado es el alarido de tu cuerpo como reacción al caos y al veneno circundantes. de lo que se deduce que el caos me invade rabioso como Godzilla a Nueva York. Hay varios tipos de contractura, verás. Está la contractura intelectual, ese que sobreviene cuando lees un libro de los que se editan para no parar las máquinas…
Virginia Galvin
La vida en 5 minutos“Yo soy muy religiosa, pero a veces no estoy” Rescaté ayer del periódico la frase de Rosa Chacel de un océano de letras sin mayor interés porque me pareció reveladora. A veces somos, otras estamos. Y nadie puede exigirnos el completo, aunque se llame dios y se aparezca en sueños cual hoguera ardiente. Los extranjeros que aprenden nuestro idioma lo saben bien. El verbo ser…
Lo que no escribo, no es. Hace pocos días he entendido la importancia de hacer listas. Eso tan tedioso que te obliga a sintetizar tus apremios en un trozo de papel o en la alerta del móvil. Hasta ahora solía ser de esas que no apuntan para no sentir la carga del deber. Salvo en el trabajo, donde mi agenda rebosa anotaciones desde que un…
Madelman El otro día me encontré en la calle con el ex novio de mi hermana. Un hombre guapo y de porte militar, mandíbula cuadrada y andares apresurados. El perfecto molde para fabricar un Madelman, ese muñequito vestido de caqui con tanques y metralletas por accesorios con el que jugaban mis hermanos de pequeños, cuando la corrección política aún no se había instalado en la…
-De repente me doy cuenta de que me he convertido en un hombre de cuarenta años, soltero y con gato. Me gusta comprobar la reversibilidad unisex de algunos tópicos. Que un hombre te hable de soledad y la ligue a un felino es un hallazgo conmovedor. La frase resume toda la fragilidad y un rechazo radical a defender esa presunta arrogancia masculina de serie. La…
¿Ver para creer? Hay un día en el que pasas de entrar de puntillas al cuarto de tu hija para coger el diente y dejarle un regalo sigiloso a negociar con ella las tarifas de Pérez (el ratón). -Son tres euros por un diente y cinco por una muela, mamá. La magia da paso al negocio. A algunos les pasa lo mismo con la fe….
A veces recorro en Madrid todas las casas en las que he vivido. La ruta incluye los hospitales donde nacieron las chukis, a las que les explico con entusiasmo recidivo tres o cuatro detalles del asunto y ellas responden: “eso ya nos lo has contado mil veces, pesada”. La repetición te la entregan en el kit de la maternidad. “Corre, corre”. “Deja ya de peinarte…
Uno ve el paso del tiempo propio en las arrugas de los demás. La paja en ojo ajeno. La vecina de tu casa materna, un pibón a los 30, a los 40, a los 50… y ahora, pasados los setenta, cruza cada mañana a la cafetería de enfrente, y sigue siendo guapísima pese a los surcos que resquebrajan su piel. La suya es una belleza…
Huguito sobre R. “Pero yo te adoro y Huguito te amará con desesperación” Huguito es el gato de R. El único felino que se sube a los cuellos y se instala enroscado con toda su anatomía como si fuera un tití o un guacamayo en una rama. Huguito piensa que es un ser humano, en realidad, y acompaña las horas de lectura de mi querido…
Mi amiga C. ha vuelto a vivir a casa de su madre. Tiene 47 años, un trabajo de freelance que se tambalea y una asombrosa capacidad para hacer las maletas y cerrar la puerta tras de sí. Algunos lo llaman reinventarse. Y sí, es un eufemismo cruel. Mi amiga C. ha tenido que alquilar (otra vez) su propia casa para sobrevivir. Y ha vuelto al…