El director del banco me ama. Estoy completamente segura. Y tengo pruebas. Es el único que me envía cartas cada semana, de las de sobre y papel plegado, que yo abro con reverencia y palpitaciones indisimuladas. Fantaseo con cómo sera el Sr. Openbank y mis amigas hacen lo propio con Mr Bankia o Mr Bankinter. El mío, para más señas, mantiene toda la reverencia de…