Un buen personaje rara vez es una buena persona. Se me ocurre. A las personas más fascinantes raramente querrías tenerlas cerca mucho tiempo. No sea que te quemen, no sea que se apaguen. La cotidianidad destroza el asombro, y está bien que así sea. En un discurso tras un premio literario la autora del libro comenzó presentando a su protagonista  como “una persona muy normal”….