Lo tuve que leer dos veces: “He limitado mi ambición en lugar de no limitar mi imaginación“. Lo decía David Chipperfield el otro día a Anatxu Zabalbeascoa. La arquitectura es un arte sometido a las leyes de la física, de las matemáticas, del buen gusto, de las proporciones. La imaginación desbordada y en pareja con la ambición produce monstruos, edificios que se caen. El ansia…