Mi amiga E. volvía de la pasarela de Milan y en el avión escuchó una conversación de esas que te hacen estirar la oreja. Dos hombres, “uno claramente gay”, hablaban de mujeres. E. no les veía las caras, pero el hetero le confesaba al otro que estaba sumergido en un dilema. La mujer con la que salía “le pedía más” y él no estaba muy…