El interruptor del diferencial saltó, y se hizo la oscuridad.

-El diferencial, señora, está para protegerla y funde los plomos, como se decía antes, pero a usted no le da un calambre.
-Pues yo tengo fundidos hoy los plomos, va a ser eso…

Llamas a un electricista de urgencia porque en casa reinan las tinieblas. Enciendes todas las velas disponibles y el gótico tenebroso se instala en tu salón, en tu vida. Te das cuenta de que cuando se va la luz, reina el silencio. No hay tic tacs, no hay tele, no hay dvd.

-Mamá, ¿qué hacíais antes, cuando no había teléfonos móviles y se iba la luz?
-Algunos aprovechaban para hacer hijos… 

La secuencia era como sigue: apagón-linterna-llamada a la puerta de un vecino, acopio de velas. Familia reunida en el salón, risas ahogadas, nerviosas. A nadie le gusta la oscuridad, pero jugar a las tinieblas con tus padres era fiesta. De noche, de una noche provocada por el diferencial, llegan las confidencias, el desnudo integral, la marabunta en el estómago.

Y ahora se va la luz y estás sola. Radicalmente sola aunque tu adolescente se mire los pies fijamente, tumbada en el sofá. Antes te has perdido una vez más en el coche porque al entrar en la ciudad no veías bien. La oscuridad de la rotonda, de una de esas rotondas infernales. La pesadilla de las farolas que no se encienden. Debió ser el diferencial capitalino. Ese que impide que los plomos de la gente se hundan pero te dejan bien jodida, a merced del volante y sin GPS que te ladre.

-Nacemos con un diferencial en el cerebro, ¿diría usted?

El electricista enfoca al cuadro eléctrico con la linterna. Tú lo enfocas a él. Lleva siete urgencias y reza porque la tuya sea la última. Entonces suena su móvil. Ha entrado un mensaje: “La ley de Murphy. A estas horas los domingos siempre me llaman de Torrejón”.

-¿Y qué pasa si usted no va?, pregunto sin dejar de enfocarle, convencida de que no hay nada más terrible que tener que coger el coche a Torrejón de Ardoz para auxiliar a otra mujer que se ha fundido. Literalmente.
-Pasa que me quedo sin trabajo.

(Un circuito eléctrico es un conjunto de elementos que unidos de forma adecuada permiten el paso de electrones.
Está compuesto por:
  • GENERADOR o ACUMULADOR.
  • HILO CONDUCTOR.
  • RECEPTOR o CONSUMIDOR.
  • ELEMENTO DE MANIOBRA.

El sentido real de la corriente va del polo negativo al positivo). 

Busco la avería en mis circuitos. Aquello que causó el chispazo. Me enfoco la cara con la linterna. Huele a cera quemada y a jazmín. Demasiados extravíos, demasiadas palabras en voz alta, demasiadas listas de la compra, demasiadas carreras.

Demasiadas rotondas.

Fusible, relé, pulsador, timbre, lámpara, resistencia. 

Diagnóstico: ruptura integral de resistencia.

A veces una se harta de ser el hombre de la casa. Y, recuperado el milagro de la luz, se mete en la cama y trata de reparar su diferencial abrazada a la almohada. Rezando por que no llame nadie de Torrejón y haya que salir, a esas horas. Sonámbula de fuerzas y de brújula.

P.D. Anoche, justo cuando se fue la luz, acababa de arrancar “Todas las historias de amor son historias de fantasmas“, de David Foster Wallace. Cuando recupere el circuito debo pensar en ello…