1.Arranca el trimestre más optimista y benévolo del año. Días largos, perezosos. Feria del Libro, cenas intempestivas en terrazas, reapertura del chill-out casero, escapadas al mar, espalda al aire, pasión sin recato. Me parece mentira haber sobrevivido al Otoño y atravesado la viga estrecha como una funambulista torpe de invierno.

2. Recibo flores al despertar, como una virgen sin palio. Qué fácil es alegrar a una mujer, les cuento a las chukis. Aunque deberían saberlo ellos. (Vale, sí, las flores no bastan, pero ayudan…)

3.Yo solita he conseguido conectar ordenador, tv y un altavoz que convierte la serie de mi vida (de mi última vida) en un sensurround tan vívido que espero que el protagonista aparezca en cualquier momento en mi salón a engañarme con su traje Saville Row y su perfume francés. Pues que sepas que te tengo calado, pero que me dejaré estafar encantadísima.

4.También sola y con una paciencia inédita desatasco parte de la memoria de mi teléfono. Ayer J. con su cariño de alta fidelidad y su cuerpo de gimnasio pasado por inmejorable genética se ofreció a acercarse por mi oficina y hacerlo por mí. “Tú llévate todos los cables del teléfono y ya verás qué fácil, cariño”. Con amigos como él una puede ir sin cables por la vida. La amiga hobbit de mi madre lo caló enseguida mientras celebrábamos los fastos de mi cumpleaños -como la reina de inglaterra, en mi caso duran una semana, puede que dos- “Hay que ver qué bien eliges a tu gente, nena, a este J. también me lo llevaría yo a mi casa”. No me extraña…

5.Tortu y yo hemos reeditado nuestra historia de amor. En ausencia de las niñas, ayer compré un bote XXL de su asqueroso alpiste de gambas, lavé a conciencia su Versalles jaula y la dejé explayarse un rato por el suelo de la cocina. Nuestra mascota duplica su tamaño tras hibernar y es tarea inutil pretender sorprenderla pegando el estirón entre febrero y marzo. Cuando me acerqué con la comida me miró con amor. Juraría.

6.Vuelvo a clase, como alumna motivada. A las 8 am. cada lunes, cada miércoles. Voy tachando la casilla de los asuntos pendientes, que crece a diario y sin agobios. Debo hacer la lista de lecturas por su orden. Noto celos en los autores, algunos desde el más allá de sus tumbas. Escucho Bach para acallar las otras voces. Duermo a pelo, sin química. Abril es mi mes, definitivamente.