Shristi Mittal y Gulraj Behl

La fiebre me tiene enganchada a una noticia tonta que alimenta hace días la voracidad digital. La gran boda india de un alto ejecutivo, Gulraj Behl, y su inexpresiva y multimillonaria novia Shristi Mittal en Barcelona.  Sobrina de Lakshmi Mittal, el sexto hombre más rico del planeta según Forbes.
Me llama la atención que hayan cerrado un museo nacional para celebrar el evento sin que demasiadas voces protesten airadamente. Y que toda la clase política -desde Artur Mas a Xavier Trías- desfile con sus esposas ahítas de encaje y tafetán y rinda pleitesía a la riqueza más obscena y ostentosa, esa que se sustancia en cifras mareantes: un par de millones de euros, quinientos invitados, un ejército de peluqueros bilingües. Suites deluxe. Rendidos Mayordomos. Orquestas temáticas. Y un menú perpetrado por Sergi Arola, que no tiene inconveniente en posar haciendo el payaso a mayor gloria de los novios y la posteridad currymerengue. El lujo arrogante y exótico regresa por sus foros y fascina a una ciudad más discreta que la media nacional donde la alta burguesía se esconde en sus casas y en apellidos que no salen en titulares ni se exhiben innecesariamente.

La boda del Monzón

Recuerdo una película deliciosa y agripicante, “La boda del Monzón“, que contaba las peripecias de un enlace concertado destinado a fracasar. Un organizador histérico, un tío pederasta, un amor imposible y muchos bailes y guirnaldas te sumergían en una atmósfera fascinante donde las historias superficiales barruntaban otras mucho más interesantes. De paso, conocías la India y sus castas. El arroz bashmati y el poder místico del azafrán. Y al final triunfaba el amor, inesperadamente.

A estas horas la abúlica y gordezuela Shristi Mittal y el neomillonario Gulraj Behl ya son marido y mujer. Lo que el acero (de la familia de ella) ha unido que no lo separe el hombre. Ni rastro de romanticismo en las fotos del enlace. Para qué. Una boda de ricos tiene algo de joint venture. Un negocio que durará más que el amor si los vaivenes de la Bolsa no lo impiden. Pero los mohínes de esa mujer me hacen pensar que se aburre mucho y el hieratismo robótico de él que nunca se saldrá del tiesto, ni siquiera para arrancarle la seda fucsia a la esposa una vez que termine el apretado programa de esponsales y el museo nacional vuelva a ser lo que debe ser. Un museo.

Nota para curiosos: Lakshmi Mittal posee el 43,3% de Mittal Steel-Arcelor que maneja el 10%
del comercio mundial del acero. Su residencia personal es la 2ª más cara
del mundo. Se encuentra en Kensington, Inglaterra, y costó casi 130
millones de euros. Lakshmi compró la casa en el año 2003 al empresario de Fórmula 1, Bernie Ecclestone y está elaborada con el mismo mármol que el Taj Mahal de la India, por este motivo mucha gente la conoce como el “Taj Mittal”.