1.La revelación. Últimamente solo elijo militar en lo que no me engancha. Series “vainilla” como “The Crown” que si abandono una semana me da igual, o “Suits”, una de abogados posturitas menos adictiva que una piruleta de jengibre. El vino (lento) en lugar de la cerveza (ansiosa).  El fiambre de pollo con queso blanco (tofu para no creyentes). Los pijamas de invierno calentitos y sin botones, esa claudicación estética. El relato breve frente al ensayo denso o el novelón.

2.La frase lapidaria: “Ahora lo entiendo. Tú no vas a una bruja ni lees el horóscopo porque creas lo que te cuentan. Vas porque eres tan impaciente que necesitas anticiparte a tu vida, aunque sea de mentira”. (MJ)

3.La cruda realidad: Hay una edad en la que pasas de preocuparte de los problemas de tus hijos a hacerlo por los problemas de tus padres. Entretanto, en tus ratos libres vas campeando con los tuyos propios, a salto de mata porque estás muy distraído con los ya mencionados. (Conclusión de ayer en encuentro de amigas de adorable mediana edad).

4.El bucle: Encontrar fecha para las cenas de Navidad a estas alturas parece ya un imposible. Las agendas de muchos están comprometidas anticipadamente. Vivimos proyectados al futuro y nos lo recuerdan los pitidos del móvil. ¿LLegará un momento en que el futuro y el pasado se encuentren en un bucle y se produzca el estallido de todos los gadgets tecnológicos? Una parte de mí sueña con ese día. La otra, se plantea seriamente practicar mindfulness.

5.La sobremesa: La Artista antes llamada Minichuki empieza a exhibir respuestas macarras de cierto nivel. “¿Por qué no me lo cuentas, hija? Soy tu madre“, dije yo como poseída por el espíritu de mis ancestros. “Ya, y tu madre es mi abuela. Si quieres repasamos todo el árbol genealógico”. (La culpa es mía por esgrimir un argumento de tanto peso. “Soy tu madre” sólo se lo podría permitir Darth Vader si militara en la CUP).

6.Asignatura pendiente. Conocí a una mujer hace días muy solvente y con un currículum sólido que se empeñó en quitarse méritos en favor de algunos de sus colegas hombres. No pude evitar hacérselo notar, pese a que se trataba de nuestro primer encuentro profesional. ¿Qué tiene que pasar para que las mujeres brillantes saquen la gamuza y se den brillo? (sin caer en la arrogancia, por descontado).

7.Nuevos piropos. Wallapop es una red social disfrazada de red comercial de bajos vuelos. Tú vendes un aparato de ejercicios de suelo pélvico que no sabes muy bien cómo llegó a tu casa y el comprador te besa y te sonríe y te cuenta que es vigilante jurado y que trabaja de 22h a 10 am, y que el aparato es “para su mujer” y blablabla. Luego, si es majo, te pone cinco estrellas en la valoración, el equivalente a un piropazo deluxe.