A veces hay que rendirse ante las señales.

Tu adolescente se ha pasado la noche tosiendo y hoy no irá al cole.
Tu sobrino también está malo y, ya puestos, ampliar la enfermería no es un trastorno sino una optimización de recursos.

Y el coche, al que has recurrido para llevar a Minichuki al cole, estaba sin batería.

Y sí, hoy tenías el día libre, pero todas las señales barruntaban que no iba a ser de vino y rosas.

Conclusión: Quédate en el hogar, como las amas de casa del NO-DO que viste el otro día y que te ha provocado pesadillas.

A saber.

Cuando mi generación, la de los cuarentones, era pequeña, veía los documentales del Régimen como un cuento (chino). Lo que no podía imaginar era que nuestros padres, principales destinatarios de la propaganda del régimen, también escuchaban un cuento (japonés).

Franco inaugurando

No es un gran hallazgo, cierto, pero la otra tarde vi varios nodos de la época y tuve esa revelación. En uno de ellos los vagones del tren cobraban voz y contaban con tono pomposo cómo transportaban las naranjas españolas, “ese producto que nos enorgullece y que atraviesa las aduanas con donaire..” Allí unos soldados alemanes, navajan en mano, comprobaban que no estaban llenas de gusanos.(Y vaya si tenían gusanos, aunque fueran metafóricos)

En otro un ama de casa, yo misma hoy por imperativo de virus y bacterias, mostraba su nevera, “ese electrodoméstico sin el que toda mujer moderna no puede sobrevivir. Un orgullo para un país que despierta y blablabla“.

A nuestros padres el régimen les hablaba como a niños tontos, como menores de edad.http://www.youtube.com/watch?v=paojx7PMG10 Como habla la madre Pocahontas a su hijo en el autobús, impostando la voz hasta el paroxismo. Y el niño la mira con cara de serial killer a punto de manifestarse, pero no lo hace porque va asfixiado con su verdugo azul marino. Y con los años desarrollará un rencor silencioso. Y como no puede matar al mensajero tratará de eliminar el mensaje. Pero con un poco de mala suerte será tarde y el sistema comunicativo para tarados mentales lo aplicará a su prole, y así de generación en generación.

Vuelvo, una vez más, al lenguaje y sus peligros. A la manipulación encubierta de proteccionismo. El régimen te cuida, mujer de la casa (porque lo tuyo está intramuros, no te desmandes), el régimen te provee de naranjas y de alta tecnología. No pienses. Déjate acunar por las ondas, escucha Ama Rosa y todas las radionovelas que te impregnan de los vapores de un mundo de luz y de color. Lee revistas de evasión, entrégate al primer hombre que se cruce por tu ventana y ve con él al cine y aprende. Aprende a exaltar los barrotes de la cárcel donde vives, que en realidad es un palacio con el suelo brillante gracias a que te has deslomado para frotar y frotar.

No deliro. Toda una generación se labró con mensajes envenenados que hoy, vistos con varias décadas de distancia, parecen inocentes. Ese vagón parlante que atraviesa Alemania. Esa nevera de última generación que te hará libre y feliz.

Cuidado con los cuentos chinos. También con los de hoy. Cuidado con los relatos que siguen vendiéndonos a una Alemania que busca nuestros gusanos en la fruta y decide el futuro de Chipre, por ejemplo. Cuidado con las madres que creen que sus hijos son imbéciles porque abultan poco. Ojo con los discursos exaltados de algunos Telediarios que defienden algo parecido a la formación del espíritu nacional.

Los virus, ya veis, se están apoderando de mi mente. Creo que debería preparar unas magdalenas o algo. Como esa mujer del NODO. Feliz y despreocupada en su condición de eterna menor de edad y border line.